domingo, 11 de octubre de 2009

Métodos Clásicos del Trabajo Social
El Método de Caso y sus implicaciones.
En el presente artículo se planteara que el Método de Caso es un método necesario y de suma importancia para la práctica y la intervención que realizamos como trabajadores sociales. Se propondrá la tesis que plantea que el Método de Caso en la actualidad es un método de actuación profesional de suma importancia para nuestro quehacer profesional, debido a que, a través de su enfoque teórico, aporta un sin número de características singulares y particulares de nuestros sujetos, y además nos proporciona un camino o procedimiento necesario y fundamental para abordar, de la mejor forma posible las problemáticas sociales de un, o unos determinados sujetos de acción (el sujeto y su familia). En este artículo se expondrá el porqué algunas posturas tienden a criticar la tipología de actuación “prestacional” que se incorpora en el procedimiento del Método de Caso como una forma de intervención profesional. También se expondrán las críticas del Método en si, y se explicará el porqué el Método de Caso es necesario para nuestro quehacer profesional.
El Método de Caso es un método que surge a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el cual concibe la acción profesional como asistencia, aunque con el paso del tiempo se ha comprendido que el Método de Caso no solo interviene, a través del asistencialismo. Junto con el Método de Grupo recoge las perspectivas psicologistas del Trabajo social.
El Método de Caso plantea que la acción social debe ser una acción casuística, es decir, relativa a los diversos casos particulares de nuestro objeto. Durante los primeros años del siglo XX, esta acción casuística del trabajo profesional, se ve realmente impulsada e influenciada por el liberalismo que comienza a imponerse a nivel mundial. Esta expa
nsión del liberalismo también influyo en nuestra profesión, debido a que la acción profesional se alineo en la misma dirección que el modelo de desarrollo capitalista. “Un primer momento representado por un punto de vista teórico – ideológico sostenido en el liberalismo, con el énfasis puesto en el individualismo, en la competitividad, en la ayuda arbitraria y paternalista ante los problemas que aparecen como defectos de las personas… El Trabajo Social de Caso Individual encarna el ideal liberal “a cada uno según su merito”, con una implícita aceptación de… la economía liberal de mercado, en la que la competencia de los individuos y la propia habilidad permiten la superación y el éxito social” (González Saibene, Alicia; Año 1996; Pág. 6 y 7)
El Método de Cas
o tiene la particularidad de poner énfasis en los individuos y sus familias (yo – individuo), planteando que las personas deberían surgir y mejorar sus calidades de vida de forma aislada, gracias al esfuerzo individual y el merito propio. El Trabajo Social se vuelve paternalista y asistencialista, ya que se piensa que es fundamental asistir a las personas para que estas gracias a sus competencias y méritos propios puedan transformar su realidad, y mejorar sus vidas. Con esta forma de hacer trabajo social se intenta cambiar la realidad social global partiendo desde las problemáticas particulares de los individuos, para desde ahí transformar la realidad social de todos. Esta forma de hacer Trabajo Social se ve claramente influenciada por los acontecimientos sociales e históricos que ocurren en el mundo a comienzos del siglo XX.
El momento en el cual este método tuvo su mayor auge fue en los comienzos de la estructuración profesional de nuestra disciplina (etapa pre – profesional), impulsado por profesionales como Mary Richmond, la cual hizo el primer intento por separar la inmediatez del trabajo voluntario con la profesión. Es por esto que durante estos años nace el Método de Caso influenciado por las tendencias y paradigmas positivistas que intentaban legitimizar la acción social como profesión.
Todo esto acontece debido al impulso e importancia que adquiere el sistema económico y de desarrollo liberal, además del predominio y hegemonía que hasta el día de hoy provocan las ciencias duras, hacia las mal llamadas ciencias blandas.
Se plantea que este método brinda una mirada estática de la sociedad, se fundamenta en
el paradigma positivista, donde se ve a la sociedad como un todo de problemas individuales los cuales deben ser tratados de forma aislada para desde ahí solucionar las problemáticas de la sociedad global.
“El positivismo, al brindar una perspectiva estática y naturalista de la sociedad y una visión atomizada de la misma, que aísla al individuo y a la situación problema y concibe lo social como la suma de aquellos , se constituye en otra de las vertientes que nutre la profesión” (González Saibene, Alicia; Año 1996; Pág. 7)
El Método de Caso (y el de grupo también) evidencia una clara influencia teórica de las perspectivas psicologistas (como el conductismo y la psicología social), ya que a través de estos medios se intentaba legitimizar la profesión frente a las ciencias duras, y para ello se tomaron estas perspectivas desde las Escuelas Psicologistas.
“Modelos Tradicionales: Hacen referencia al conjunto de propuestas de acción de corte psicologista, psicodinámico, y conductista (con influencia clínica y terapéutica especialmente referida a la salud mental…” (Vélez Restrepo, Olga; Año 2003; Pág. 75)
El asistencialismo es una tipología de actuación profesional, que se lleva a la práctica constantemente en nuestro quehacer profesional. En algunos casos también se le puede denominar asistencia prestacional o asistencia social. Tal cual como lo dice su nombre busca satisfacer las necesidades básicas de la población mediante la prestación de servicios sociales y materiales, con el fin de entregar un soporte a los individuos que necesitan de forma inmediata una respuesta a sus problemáticas para enfrentar una situación de crisis, o una problemática particular. Para asistir a estas personas el Método de Caso trabaja con el Modelo de Atención en Crisis y el Case Work. Ambos son modelos de intervención profesional que permiten asistir a los sujetos de manera integra (no como una mera intervención benéfico asistencial).

El asistencialismo muchas veces ha sido cuestionado y criticado, ya que en efecto, a medida que hemos avanzado en el transcurso del tiempo se ha resaltado mucho más el trabajo promocional, sin embargo el trabajo social asistencial es de suma importancia, ya que es necesario para afrontar algunos tipos de realidades particulares y circunstancias puntuales que especifican una necesidad de satisfacción inmediata. Por ejemplo: una persona en situación de calle que no ha ingerido alimento alguno necesita la asistencia inmediata que satisfaga su primera necesidad de hambre, o una persona que ha sufrido un cambio traumático o brusco en su vida, como una adolescente que presenta un embarazo no deseado, necesita la asistencia en crisis.
La tipología asistencialista ha sido bastante criticada, ya que se piensa no soluciona el problema de fondo, y no busca la razón o raíz profunda de la problemática de la gente. Los pensamientos más críticos de la tipología prestacional, plantean que a través del asistencialismo se entregan soluciones vanas e ingenuas a nuestros sujetos de acción, ya que la crítica básicamente se fundamenta en que no sirve de mucho asistir siempre a una persona cuando es de mayor importancia prevenir y promover la superación de la problemática. Otro aspecto que se crítica de esta forma de actuación y acción social, es que aleja a la profesión de su carácter científico, debido a que, la profesión se ha intentado legitimizar como ciencia (hasta el día de hoy que continúan lo debates sobre el tema). Las ciencias duras generan un dominio invisible frente a las ciencias blandas (ciencias humanistas y sociales), y el Trabajo Social constantemente se esta intentado posicionar en un más alto status a nivel profesional. El asistencialismo concebido como una práctica caritativa filantrópica (etapa benéfico - asistencial) reduce el valor científico de la intervención profesional.
“La transformación de la caridad en filantropía ha constituido un progreso, la limosna reemplazada por la ayuda más continua ha contribuido, en cierta medida, a la satisfacción de las necesidades inmediatas… No es necesario insistir sobre lo que este modo de obrar tiene de poco científico: los pobres ayudados de esta manera no logran casi jamás salir de su miseria; debilitados y enfermizos, no ganan más que un salario insuficiente o irregular. Mantener la vida no es bastante: es necesario conservar la salud y las fuerzas” (Matus, Aylwim, y Forttes; Año 2004; Pág. 38)
El asistencialismo ha sido y seguirá siendo muy cuestionado por algunas posturas paradigmáticas. A pesar que se admite que el servicio prestacional es una tipología de actuación profesional necesaria para la satisfacción inmediata de las necesidades de los sujetos (sean necesidades físicas, emocionales o otras), se plantea que a la larga no soluciona el problema de fondo, lo cual para muchos es de mayor necesidad e importancia.

Es una solución superficial y simple para problemáticas a menudo mucho más complejas. Se plantea que la asistencia benéfica o social muchas veces es mal aprovechada por los asistidos, ya que muchas veces ellos no están en las condiciones para asumir un compromiso con sus propias necesidades más básicas. Por ejemplo: en el caso de la gente en situación de calle, que muchas veces presentan adiciones de algún tipo, si son asistidos con bienes materiales ellos muchas veces no se encontraran en las condiciones para lograr darse cuenta de que es lo más necesario para ellos, que es lo más necesario para mejorar su calidad de vida. Lo más probable es que los bienes materiales que se les entregaron los vendan para obtener dinero y poder comprar drogas paras satisfacer su adicción. En este caso la asistencia social no cumple ningún rol positivo para el sujeto de acción, ya que él seguirá siendo adicto, y su problemática de fondo (adición) no ha sido correctamente abordada por los profesionales. “Este sistema, designado muy a menudo bajo el nombre de caridad, ha fracasado completamente porque después de haber gastado mal o bien (y tantas veces muy mal) el dinero recibido, los asistidos quedan en la misma situación aflictiva anterior con la circunstancia agravante de acostumbrarse a vivir de la ayuda ajena más bien que del esfuerzo propio” (Matus, Aylwim, y Forttes; Año 2004; Pág. 39)
Sin embargo, se ha avanzado en el tema, y las críticas se han apaciguado, debido a que la asistencia, ya no es vista como una mera obra de caridad, hoy en día el asistencialismo sigue siendo necesario, pero cambio su carácter benéfico asistencial por una asistencia más constructiva para nuestros sujetos. “…Hoy las acciones benéfico – asistenciales son un resabio de otras épocas, en la que los ricos cumplían con su deber de conciencia, repartiendo migajas y restos de sus festines” (Ander – Egg, Ezequiel; Año 1984; Pág. 260)
El Método de Caso ha recibido duras críticas paradigmáticas que han nacido como respuesta a los fracasos de los intentos de los Modelos Clásicos por superar las problemáticas y aflicciones de la gente. Estas posturas plantean que se tiene una visión ingenua de ver la realidad y de intervenir en ella, criticando su concepción liberal e individualista de acción. Como se dijo anteriormente el Método de Caso, se ocupa de las aflicciones individuales y aisladas de los sujetos y sus familias para desde allí abordar la realidad social global, perdiendo el factor comunitario de la realidad social. “Con ella comienza y queda caracterizado ese periodo llamado después Clásico o Tradicional, configurado por una visión ingenua, acrítica y maniquea de las relaciones sociales, sostenido en la comprensión de la solución de los problemas sociales globales partiendo de cada uno de ellos aisladamente, por no comprender ni cuestionar la ideología dominante…” (González Saibene, Alicia; Año 1996; Pág. 6)
Este método a pesar de ser cuestionado por algunas posturas por su carácter asistencial e individualista de ver e intervenir en la realidad social, es muy necesario para la práctica, debido a que aporta a la acción profesional el carácter individual de las problemáticas que afectan a nuestros sujetos, proporcionando una nueva forma de ver la realidad, ya que a través de los casos particulares se logrará entender la complejidad de la realidad social global.
En síntesis, en este articulo se plantea que el Método de Caso al igual que todos los Métodos Clásicos son de suma importancia para nuestro quehacer profesional, debido a que para realizar una buena intervención profesional debemos abordar la realidad desde diversas posturas paradigmáticas, para desde ahí rescatar lo mejor de cada una. No debemos dejar de lado el Método de Caso satanizandolo por su carácter asistencial, debido a que en la actualidad la asistencia, ya no es una mera obra benéfica, sino mas bien es una acción mucho más contractiva para los sujetos. El Método de Caso es necesario para la profesión, ya que gracias a su forma de intervención social que incorpora a los sujetos y sus familias se puede vislumbrar la importancia de las relaciones individuales de las personas, y de esta forma comprender la realidad global. Para esto debemos comprender las subjetividades de todas las personas.
El método Comunitario, el de Grupo o el de Caso, deben complementarse para realizar una intervención profesional más integra, que aborde todas las características de la realidad social. Los Métodos Clásicos deben funcionar complementariamente no de forma aislada, ya que hacer esto podría significar abordar la realidad inapropiadamente, dejando de lado algunos factores que no incorpora el método que se decidió utilizar para la intervención, como por ejemplo la intervención social de asistencia del Método de Caso. “…La práctica profesional vinculada a la asistencia debe considerarse como complementaria, auxiliar y subsidiaria de la acción social contemporánea” (Vélez Restrepo, Olga; Año 2003; Pág. 70). El Trabajador Social debe comprender que como profesional puede intervenir la realidad de manera integra complementando estos métodos, ya que por ejemplo el método comunitario, al igual que otros métodos (como el método único) algunas veces tiende a perder el factor individual y subjetivo de las problemáticas de las personas, y su influencia (como individuos particulares) en la realidad social global. Se pierden las subjetividades propias de las personas tendiendo a masificar la realidad, desconociendo la fuerza que tienen los sujetos individuales en la vida colectiva. “El ideal profesional de un método único, dinámico, flexible e integrador que permitiera superar la sectorización presente en la profesión, más que un intento fallido fue, a mi modo de ver, una ilusión homogeneizadora y masificadora de lo social que por la vía del comunitarismo opacó y desdibujó la subjetividad y diversidad presentes en la realidad social, invisibilizando a los sujetos de la acción social…” (Vélez Restrepo, Olga; Año 2003; Pág. 67)
Es necesario ser concientes de que la actuación profesional debe estar dirigida por un método que puede complementarse con características de otros para abordar la problemática social de forma integra. Se debe tener muy claro que como profesionales no debemos encasillarnos en un solo método, debido a que, como ya se menciono anteriormente, es necesario complementar las tipologías de actuación profesional, al igual que los procedimientos metódicos para de esta forma realizar una intervención profesional optima para nuestros sujetos de acción, ya que el método no es un fin en si mismo, es decir, no se debe olvidar cuál es el objetivo por el cual se trabaja, o cuál es el objeto de la intervención profesional, en síntesis cuál es el fin por el cual se trabaja con dicho método. Es por esto que se debe tener claro cual es el fin profesional, y saber cuales son los métodos ha utilizar. La forma de ver la realidad y el método que se utilizarán para abordar el objeto dependen de nuestra postura paradigmática. Todo método se construye sobre una forma particular de ver la realidad, y desde ahí, desde nuestro fin y nuestra forma de ver la realidad debemos comenzar a construir el Método Profesional.
  • Bibliografía:

    Ander – Egg, Ezequiel (1984). Historia del Trabajo Social. Capitulo 7: Evolución Histórica del Servicio Social en América Latina. Buenos Aires: Humanitas.

    González Saibene, Alicia (1996). Una Lectura Epistemológica Del Trabajo Social. Revista Temas y Debates de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Año 1, Nº 1, 2 – 22. Rosario: Universidad Nacional de Rosario.

    Matus, Teresa, Aylwin de Barros, Nidia. y Forttes, Alicia (2004). La Reinvención de la memoria. Indagación sobre el proceso de profesionalización del Trabajo Socia Chileno 1925 – 1965. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile.

    Vélez Restrepo, Olga Lucía (2003). Reconfigurando el Trabajo Social: Perspectivas y tendencias contemporáneas. Buenos Aires: Espacio.























































2 comentarios:

  1. Genesis:
    Al igual que tu pienso que el metodo de caso es de suma importancia para el Trabajo Social, ya que es necesario conocer las problemáticas particulares de la gente.
    Te encuentro razón, en lo que planteabas a cerca del asistencialismo benéfico-social de la etapa pre-profesional, ya que asistir a los "desposeídos" solo por caridad es una solución simple que no aporta a la colucion de las problematicas de fondo de los sujetos de accion.
    Saludos! nos vemos, chaito (:
    Bárbara Arzola R.

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  2. Génesis : El artículo presenta un tema en la línea de avance de conocimiento de un alumno de primer año en forma fundamentada y seria.

    Hay argumentos que avalan el planteamiento central que presentas.

    El lenguaje alcanzado es profesional

    La bibliografía ad hoc y según lo solicitado

    Detalles de ortografía

    Evaluación 6.5

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